Con un total de unas 20 horas repartidas en el fin de semana, donde hemos aprendido técnicas y consejos y sobre todo hemos tocado hasta no sentir casi las manos, o mejor dicho sintiéndolas demasiado. Sin duda mereció la pena verle dar clase y disfrutar tocando con él, sobre todo cuando el último día y cierre de Master Class tuvimos la suerte de acompañarle mientras se sacaba de la manga un sólo expléndido de media hora con cara de desinhibición propia de alguien que está metido completamente en la música... Creo que sólo me queda decir. . .
Obrigado Dudu!!!
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